En el 2016, Hideo Kojima anunciaría su próximo videojuego: Death Stranding. Un enigmático trailer nos muestra simulaciones de Norman Reedus, Mads Mikkelsen y Léa Seydoux actuando sobre un vasto mundo post apocalíptico. Eventualmente también nos enteraremos que habrá apariciones especiales de Guillermo del Toro y Conan O’Brien. Empezarían a surgir los videos sobre el desarrollo, donde nos mostrarían como un equipo dedicado captura las emociones de estos grandes actores para interpretar una historia enigmática, misteriosa. Es entonces cuando Kojima habla de Death Stranding, y continuamente mencionará que se trata sobre conexiones, sobre formar relaciones, crear refugios y tender puentes no solo como un aspecto estructural pero también metafísico; mientras tanto, los fanáticos alimentan teorías de que puede tratarse de una secuela espiritual de Silent Hills o un universo alterno apenas basado en Metal Gear Solid. El consumidor es un animal curioso, pues este dejará volar su imaginación a cambio de jugar algo en su mente, algo que no existe.
Metal Gear Solid ocupa un lugar muy especial dentro del corazón de los fanáticos porque su modo de juego es novedoso para un mundo acostumbrado a reacciones súbitas por parte de un jugador frente a lo que tiene en la pantalla. Metal Gear Solid se mueve entre mecánicas de acecho y una constante búsqueda del pacifismo (a nivel historia y a nivel juego) en un entorno violento, héroes y villanos exagerados luchan por la dominación mundial usando como arma principal los traumas y los clichés que los formaron, distorsionando y satirizando así las películas americanas de los ochenta y los noventa.
A pesar de que muchas de las estructuras narrativas de MGS son un cliché, la serie de juegos ha logrado hacerse un espacio dentro de los jugadores y la crítica. Después de todo, gracias a esta serie de juegos, se ha impulsado una búsqueda por crear narrativas más complejas dentro de los videojuegos que también obedecen a impulsos cinematográficos.
Kojima rescata el libro ensayístico de Johan Huizinga, un historiador holandés, quien propone un ejercicio lúdico e intelectual sobre un aspecto cultural y básico de la humanidad: somos homo ludens, o criaturas de juego, y toda nuestra cultura está basado en ello: la religión, los deportes, la educación, los eventos sociales y los juegos de azar. Todas estas estructuras sociales obedecen a reglas e interpretaciones, y sin ellas, no habría manera de llevarlas a cabo para ganar ciertos beneficios. Kojima usará la teoría del homo ludens como uno de los aspectos esenciales de Death Stranding y de paso, nos mostrará a través de Huizinga como esta idea de la interpretación, la simulación y la ludofilia enriquece nuestras vidas, nos hace más humanos, libera nuestro cerebro para nuevas experiencias y aprendizajes.
Propósito
- Analizar los aspectos satíricos de los videojuegos y cómo nos ayudan a descubrir ciertos aspectos de nuestra cultura.
- Discutir sobre ciertas estructuras sociales y cómo se asemejan a los juegos.
- Descubrir si somos homo ludens.
Temario
- Hideo Kojima y Death Stranding.
- Metal Gear Solid y satirizar la cultura para redimirla.
- Una introducción a J. Huizinga y el Homo Ludens.