La historia del niño feral y las 108 estrellas del destino

En los siete magníficos, o los siete samuráis, una banda de renegados se reúne para entrenar a todo un pueblo para que ellos puedan defenderse de unos rufianes: escucharemos sus confesiones, sus esperanzas de redención porque una vez hicieron lo correcto, intuiremos su largo regreso de la cordura para hacer un último acto que valga la pena. La Iliada de Homero es un poema épico que narra la guerra de Troya y, aunque desenfadadamente podemos decir que es la historia de Aquiles y Héctor, también es la historia de los héroes que enloquecen cuando ven una cabra, los embusteros que tardarán veinte años en regresar a casa, las profetas que no pueden detener lo inevitable y los reyes que se lamentan arrepentidos en el inframundo.

En Gurren Lagan, la historia de Kamina se convertirá en la de Simon, pero también es la historia de un grupo de salvajes que jamás pudieron abandonar la guerra, el conocimiento del mundo cósmico y divino que, entrelazado con sus ansias de libertad, seguirá empujando inexorablemente sus acciones hasta las últimas consecuencias, siempre con la esperanza de que su identidad sea finalmente aceptada, de que no deban ser destruidos; así, por momentos parece que Yoko Littner o que el furioso Kitan, jamás podrán adaptarse al mundo de la paz, “el mundo real”, pues lo único que ellos conocen es un alma en conflicto, el eterno sacrificio de todo lo que aman por culpa de fuerzas que no pueden controlar. Y aún así, deben pelear contra ellas.

Todos los guerreros, incluso Áyax, el loco, siempre están peleando contra su destino. Cada uno de ellos sigue su estrella, o su carta.

Los narradores cuando cuentan una historia, pueden aprovecharse de algunos arquetipos, lineamientos sencillos que les permitirán construir una historia básica sobre el universo que están trabajando, y esto puede ser especialmente benéfico en los videojuegos, porque al igual que una novela, su estructura y desarrollo nos permiten algunas digresiones donde podemos guiar a nuestro lector / jugador por misiones especiales o adicionales, unas que pueden enriquecer el mundo y hacer que nuestros héroes sean más humanos. Así como algunos artistas usan las cartas del tarot y sus supuestos significados como inspiración, otros usan las 108 estrellas del destino.

En esta clase estudiaremos dos métodos para iluminar la personalidad de nuestros personajes.

Uno de ellos está basado en la clásica historia china: Todos los hombres son hermanos, que es una novela épica sobre un Comandante que reúne a 108 personalidades, nacidas cada uno bajo su estrella y protegida por su propio demonio guardián, para vencer a un ejército maligno. La historia misma es una progresión: nuestro personaje buscará a los héroes, a sus hermanos, y con la ayuda de ellos, cada uno con sus propios atributos y habilidades, construirá su fuerte y, eventualmente, su propia nación. Esta historia fue trasladada por Konami en una serie de RPGs japoneses con el nombre de Suikoden.

Y también hablaremos del niño feral, Gau, uno de nuestros personajes en Final Fantasy VI, que a suerte de Pigmalión, o quizás como un personaje shakespereano, tiene una curiosa misión que puede ser obviada fácilmente por el jugador. A no ser que lo lleves contigo en el viaje, no conseguirá reunirse con un viejo que dice ser su padre y será este encuentro el que resuelva la historia de su origen, su curioso poder de adueñarse de los monstruos con los que se enfrenta. En este fatídico momento que definirá la vida de Gau, todos los personajes se reúnen para tener brevísimos diálogos que revelan sus personalidades y los apartan de la pesadísima carga de salvar al mundo de la ruina.

Propósito

  1. Descubrir el rostro de nuestros protagonistas.
  2. 108 estrellas del destino, ¿son arquetipos? ¿Cómo han evolucionado ciertas mitologías para moldear la imaginación artística?
  3. El niño Feral: o pigmalión en los videojuegos. Un huérfano que tiene su propio viaje heroico, aún cuando no es nuestro personaje principal, puede arrojar luz y así iluminar la historia del mundo, de los otros personajes que hemos creado.
  4. Descubrir que en los videojuegos, cuando tenemos personajes, muchos de ellos, las posibilidades de crear historias diversas crecen exponencialmente, y crecen todavía más porque quizás alguien explorará esos lugares secretos, los lugares que no son populares. La narrativa tiene una oportunidades de profundizar en lugares poco explorados.

Temario

  1. Los 7 magníficos o los 7 samurái.  Creación a través de un conjunto, el ensemble.
  2. 108 estrellas del destino: ilustración y narrativa. 
  3. El niño Feral: pigmalión y un poquito de Shakespeare.